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Didáctica II
viernes, 15 de marzo de 2013
martes, 12 de marzo de 2013
Técnicas usadas en la labor docente
Definición de técnicas usadas en la labor docente
Técnica
heurística
Del
griego eurisko, que significa hallar e inventar consiste en procedimientos
didácticos caracterizados por el planteamiento de preguntas claves que estimulan
la reflexión y la organización del pensamiento para llegar al saber.
Las preguntas preliminares se plantean
para aportar la experiencia del grupo de educandos respecto del tema que se
aborda, de tal manera que esté dispuesto para su análisis. Las preguntas instructivas
se plantean para aportar conocimientos y fundamentos y para llegar reflexivamente al conocimiento (ironía y mayéutica socrática) Finalmente las preguntas recapitulativas se plantean para lograr el aprendizaje logrado por efecto de los planteamientos anteriores.
Técnica hermenéutica
Diltley y Husserl lo conciben como los
procedimientos a través los cuales se interpretan y comprenden textos religiosos, históricos,
científicos y filosóficos, situándolos en su contexto.
Técnica interactivos-dialógica
Explica la producción del
conocimiento como consecuencia de la interacción del sujeto con el objeto y no
como consecuencia de procesos únicamente racionales o únicamente situacionales.
El diálogo es capaz de
mostrar al profesor las dificultades de su estudiante, y también le facilita una aproximación entre ambos. El profesor puede, sobre la base de este
conocimiento, iniciar un trabajo de recuperación y orientación junto a sus estudiantes,
principalmente los que carezcan en mayor grado de asistencia personal.
Técnica interrogativa
Hay una técnica
de enseñanza que debe merecer la atención del profesor, por ser uno de los
mejores instrumentos del campo didáctico como auxiliar en la acción de educar.
Esta técnica es la del interrogatorio, cuando adquiere el aspecto de diálogo,
de conversación y que va llevando al profesor a un mejor conocimiento de su
estudiante.
Ninguna otra
técnica ha sido tan mal utilizada como ésta, sobre todo en nuestras escuelas,
debido al carácter represivo que se le confiere. Interrogatorio ha sido sinónimo
de castigo, forma de castigar al estudiante en la curva de notas bajas. El interrogatorio permite
conocer al estudiante y resaltar sus aspectos positivos que, una vez
estimulados y fortalecidos, puedan llegar a anular los negativos. El interrogatorio se
presta, también, como función diagnóstica de las dificultades y deficiencias
del estudiante. Viene bien, asimismo, para comprender la filosofía de la vida,
el esquema de la conducta, los intereses y valores dominantes que orientan sus
pasos.
Técnica
demostrativa
La
demostración no es más que una modalidad de la exposición, más lógica y coherente
y también más concreta, con la cual se procura confirmar un afirmación o un
resultado anteriormente enunciado. Demostrar
es presentar razones encadenadas lógicamente o, también, hechos concretos que
ratifiquen determinadas afirmaciones.
Técnica de la observación: directa,
a distancia, participante
Al proceso del conocimiento que utiliza los órganos de
los sentidos del ser humano. Es sensorial, lógica y práctica. Requiere de
condiciones físicas y psicológicas aceptables. Observar significa fijar
atentamente los sentidos hacia un objeto o fenómeno del conocimiento. Puede ser
directa o indirecta.
Directa si el sujeto que observa está presente ante
el fenómeno (ordinaria); o si está involucrado (participa) del mismo. Indirecta
si no lo está y sólo obtiene datos o evidencias de otras personas que fueron
testigos reales o presenciales. (Testimonios conscientes).
La enseñanza activa debe, pues, poner énfasis en aquellas
posibilidades de acción física y mental que todo ser humano posee,
fortaleciéndolas y desarrollándolas por medio de los siguientes procedimientos,
entre muchos otros:
a)
observación
de fenómenos desconocidos, y aún de los conocidos, para descubrir algo inédito
en ellos. NERICI, (1985).
Comente la importancia de cada técnica en el proceso de aprendizaje y en qué áreas y momentos de la clase pueden usarse.
Las técnicas sus clases y sus características
Definición de técnica
La
palabra técnica es la sustantivación del adjetivo técnico, cuyo origen está en
la palabra griega technikos y en la latina technicus, que quiere decir relativo
al arte o conjunto de procesos de un arte o de una fabricación. Simplificando,
técnica significa cómo hacer algo.
Técnica
didáctica. Es también un procedimiento lógica y psicológicamente estructurado,
destinado a dirigir el aprendizaje del educando, pero en un sector limitado o
en una fase del estudio de un tema, como la presentación, la elaboración, la
síntesis o la crítica del mismo.
En
otras palabras, la técnica didáctica es el recurso particular de que se vale el
docente para llevar a efecto los propósitos del método.
Así
pues, en su aplicación, un método puede hacer uso de una serie de técnicas para
consecución de los objetivos que persigue.
Por
lo visto, un método de enseñanza es algo más amplio que una técnica didáctica.
La técnica se limita más bien a la orientación del aprendizaje a sectores
específicos, mientras que el método de enseñanza abarca aspectos más generales
de la acción didáctica.
Para
alcanzar sus objetivos, un método de enseñanza debe recurrir a una o más
técnicas. Hasta puede decirse que el método de enseñanza se hace efectivo por
medio de las técnicas.
Es preciso aclarar, sin embargo, que casi todos los métodos de enseñanza
pueden asumir el papel de técnicas, así como casi todas las técnicas de
enseñanza pueden asumir el papel de métodos, según la amplitud que adquieran al
orientar el aprendizaje. Si se aplica la exposición al estudio de un tema o
unidad, puede decirse que se empleó el método expositivo. Pero si aquella se
emplea en un momento dado de una discusión o de una demostración, se dirá que
se utilizó la técnica expositiva. Lo mismo puede
decirse del interrogatorio. Si, durante todo el transcurso de una clase, el
asunto se estudia en base a preguntas del profesor a los estudiantes, puede
decirse que se emplea el método del interrogatorio, pero si éste se aplica sólo
en algunos momentos de una clase expositiva, podrá decirse que se utilizó la
técnica del interrogatorio.
Es
preciso aclarar que la palabra técnica puede tener otra connotación, que es la
de eficiencia. Véase esta frase: Fulano usó, como técnica, el método
expositivo, pero le faltó técnica en la demostración.
Actualmente,
todo método o técnica de enseñanza debe, fundamentalmente, hacerse efectivo por
medio de la actividad del educando, haciendo que éste sea, de modo general,
agente de su propio aprendizaje, y no un simple receptor de datos y normas
elaborados por otros.
Por
lo tanto, los métodos y las técnicas de enseñanza deben llevar al educando a
observar, criticar, investigar, juzgar, sacar conclusiones, correlacionar,
diferenciar, sintetizar, conceptualizar y reflexionar. NERICI, (1980).
Escriba su comentario sobre la importancia del uso de técnicas didácticas en la labor docente
martes, 5 de marzo de 2013
Casos para comentar
CASOS
PARA COMENTAR
-Hijo mío, ¿no vas a
estudiar? Mañana tienes prueba mensual...
-Mira, aquí, papá... ¿cómo
quieres que estudie? El profesor dio todo esto en pocas clases.
Y el pobre alumno,
desolado, muestra 40 o 50 páginas del libro adoptado, como diciendo: "¡Así
no es posible estudiar...!"
Caso 2
-¿Estudiar, qué? Nada hay
que estudiar... -y muestra unas pocas páginas del libro o del cuaderno de
apuntes. Nada o casi nada que estudiar. Todo sirvió de pretexto para que las
clases transcurrieran entre las blancas nubes, en lo que se refiere a estudiar
seriamente. Es como lo confiesan los alumnos:
-El profesor siempre
"conversa". Mucha "charla" y nada de clase...
Y, agregaríamos nosotros,
ninguna eficiencia en el aprendizaje.
No es extraño escuchar la
pregunta acerca de si el alumno no va a estudiar:
-El profesor es bonísimo.
Con él no hay peligro. Da lecciones muy fáciles. Con él siempre se alcanza el
promedio necesario...
Caso 3
- Tu no le preguntaste al
profesor cómo es esto, ¿no es cierto...?
- Señor, ¿piensa usted que
es fácil hablar con él? Cada vez que un alumno abre la boca para formular una
pregunta, él grita para hacerlo callar, para que preste más atención,
o bien para pedirle que no moleste...
Comente cada caso
viernes, 1 de marzo de 2013
Historia de la Vaca
|
La historia cuenta que un viejo maestro
deseaba enseñar a uno de sus discípulos por qué muchas personas viven atadas a
una vida de mediocridad y no logran superar los obstáculos que les impiden
triunfar. No obstante, para el maestro, la lección más importante que el joven
discípulo podía aprender era observar lo que sucede cuando finalmente nos
liberamos de aquellas ataduras y comenzamos a utilizar nuestro verdadero
potencial.
Para impartir su lección al joven aprendiz, aquella tarde el maestro había decidido visitar con él algunos de los lugares más pobres y desolados de aquella provincia.
Después de caminar un largo rato encontraron la que consideraron la más humilde de todas las viviendas.
Aquella casucha a medio derrumbarse, que se encontraba en la parte más distante de aquel caserío, debía ser -sin duda- alguna la más pobre de todas. Sus paredes milagrosamente se sostenían en pie, aunque amenazaban con derribarse en cualquier momento; el improvisado techo dejaba filtrar el agua, y la basura y los desperdicios que se acumulaban a su alrededor daban un aspecto decrépito a la vivienda.
Sin embargo, lo más sorprendente de todo era que en aquella casucha de 10 metros cuadrados pudiesen vivir ocho personas. El padre, la madre, cuatro hijos y dos abuelos se las arreglaban para acomodarse en aquel lugar.
Sus viejas vestiduras y sus cuerpos sucios y malolientes eran prueba del estado de profunda miseria reinante.
Curiosamente, en medio de este estado de escasez y pobreza total, esta familia contaba con una posesión poco común en tales circunstancias: una vaca.
Una flacuchenta vaca que con la escasa leche que producía, proveía a aquella familia con el poco alimento de algún valor nutricional. Pero más importante aún, esta vaca era la única posesión material de algún valor con que contaba aquella familia. Era lo único que los separaba de la miseria total.
Y allí, en medio de la basura y el desorden, pasaron la noche el maestro y su novato discípulo. Al día siguiente, muy temprano y sin despertar a nadie, los dos viajeros se dispusieron a continuar su camino. Salieron de la morada y antes de emprender la marcha, el anciano maestro le dijo a su discípulo: “Es hora de que aprendas la lección que has venido a aprender”.
Sin que el joven pudiese hacer nada para evitarlo, el anciano sacó una daga que llevaba en su bolsa y degolló la pobre vaca que se encontraba atada a la puerta de la vivienda, ante los incrédulos ojos del joven.
Maestro, dijo el joven: “¿Qué has hecho? ¿Qué lección es ésta, que amerita dejar a esta familia en la ruina total? ¿Cómo has podido matar esta pobre vaca, que representaba lo único que poseía esta familia?”
Haciendo caso omiso a los interrogantes del joven, el anciano se dispuso a continuar la marcha, y maestro y discípulo partieron sin poder saber que suerte correría aquella familia ante la pérdida de su única posesión.
Durante los siguientes días, una y otra vez, el joven era confrontado por la nefasta idea de que, sin la vaca, aquella familia seguramente moriría de hambre.
Un año más tarde, los dos hombres decidieron regresar nuevamente por aquellos senderos a ver que suerte había corrido aquella familia. Buscaron la humilde posada nuevamente, pero en su lugar encontraron una casa grande. Era obvio que la muerte de la vaca había sido un golpe demasiado fuerte para aquella familia, quienes seguramente habían tenido que abandonar aquel lugar y ahora, una nueva familia, con mayores posesiones, se había adueñado de aquel lugar y había construido una mejor vivienda.
¿Adónde habrían ido a parar aquel hombre y sus hijos? ¿Qué habría sucedido con ellos? Todo esto pasaba por la mente del joven discípulo mientras que, vacilante, se debatía entre tocar a la puerta y averiguar por la suerte de los antiguos moradores o continuar el viaje y evitar confirmar sus peores sospechas.
Cual sería su sorpresa cuando del interior de aquella casa salió el hombre que un año atrás le diera morada en su vivienda. ¿Cómo es posible? preguntó el joven. Hace un año en nuestro breve paso por aquí, fuimos testigos de la profunda pobreza en que ustedes se encontraban. ¿Qué ocurrió durante este año para que todo esto cambiara?
Ignorante del hecho de que el discípulo y su maestro habían sido los causantes de la muerte de su vaca, el hombre relató como, coincidencialmente, el mismo día de su partida, algún maleante, envidioso de su vaca, había degollado salvajemente al animal.
El hombre continuó relatándole a los dos viajeros cómo su primera reacción ante la muerte de la vaca había sido de desesperación y angustia. Por mucho tiempo, la vaca había sido su única fuente de sustento. El poseer esta vaca le había ganado el respeto de sus menos afortunados vecinos, quienes envidiaban no contar con tan preciado bien.
Sin embargo, continuó el hombre, poco después de aquel trágico día, decidimos que a menos que hiciéramos algo, muy probablemente, nuestra propia supervivencia estaría en peligro. Así que decidimos limpiar algo del terreno de la parte de atrás de la casucha, conseguimos algunas semillas y decidimos sembrar vegetales y legumbres con los que pudiésemos alimentarnos.
Después de algún tiempo comenzamos a vender algunos de los vegetales que sobraban y con este dinero compramos más semilla y comenzamos a vender nuestros vegetales en el puesto del mercado. Así pudimos tener dinero suficiente para comprar mejores vestimentas y arreglar nuestra casa. De esta manera, poco a poco, este año nos ha traído una vida nueva.
El maestro, quien había permanecido en silencio, prestando atención al fascinante relato del hombre, llamó al joven a un lado y en voz baja le preguntó:
¿Tú crees que si esta familia aún tuviese su vaca, estaría hoy donde ahora se encuentra?
Seguramente no, respondió el joven.
¿Si ves? Su vaca, fuera de ser su única posesión, era también la cadena que los mantenía atados a una vida de mediocridad y miseria.
Al no contar más con la falsa seguridad que les proveía el sentirse poseedores de algo, así no fuese más que una flacuchenta vaca, debieron tomar la decisión de buscar algo más.
En otras palabras, la misma vaca que para sus vecinos era una bendición, les había dado la sensación de poseer algo de valor y no estar en la miseria total, cuando en realidad estaban viviendo en medio de la miseria.
Así es cuando tienes poco. Lo poco que tienes se convierte en un castigo, ya que no te permite buscar más. No eres feliz con ello, pero no eres totalmente miserable. Estás frustrado con la vida que llevas, más no lo suficiente como para querer cambiarla. ¿Ves lo trágico de esta situación?
Cuando tienes un trabajo que odias, que no suple tus necesidades económicas mínimas y no te trae absolutamente ninguna satisfacción, es fácil tomar la decisión de dejarlo y buscar uno mejor. No obstante, cuando tienes un trabajo del cual no gustas, que suple tus necesidades básicas pero no te ofrece la oportunidad de progresar; que te ofrece cierta comodidad pero no la calidad de vida que verdaderamente deseas para ti y tu familia, es fácil conformarte con lo poco que tienes.
Muchos de nosotros también tenemos vacas en nuestra vida. Ideas, excusas y justificaciones que nos mantienen atados a la mediocridad, dándonos un falso sentido de estar bien cuando frente a nosotros se encuentra un mundo de oportunidades por descubrir. Oportunidades que sólo podremos apreciar una vez hayamos matado nuestras vacas.
Fuente: Camilo Cruz (Liderazgo y Mercadeo)
Para impartir su lección al joven aprendiz, aquella tarde el maestro había decidido visitar con él algunos de los lugares más pobres y desolados de aquella provincia.
Después de caminar un largo rato encontraron la que consideraron la más humilde de todas las viviendas.
Aquella casucha a medio derrumbarse, que se encontraba en la parte más distante de aquel caserío, debía ser -sin duda- alguna la más pobre de todas. Sus paredes milagrosamente se sostenían en pie, aunque amenazaban con derribarse en cualquier momento; el improvisado techo dejaba filtrar el agua, y la basura y los desperdicios que se acumulaban a su alrededor daban un aspecto decrépito a la vivienda.
Sin embargo, lo más sorprendente de todo era que en aquella casucha de 10 metros cuadrados pudiesen vivir ocho personas. El padre, la madre, cuatro hijos y dos abuelos se las arreglaban para acomodarse en aquel lugar.
Sus viejas vestiduras y sus cuerpos sucios y malolientes eran prueba del estado de profunda miseria reinante.
Curiosamente, en medio de este estado de escasez y pobreza total, esta familia contaba con una posesión poco común en tales circunstancias: una vaca.
Una flacuchenta vaca que con la escasa leche que producía, proveía a aquella familia con el poco alimento de algún valor nutricional. Pero más importante aún, esta vaca era la única posesión material de algún valor con que contaba aquella familia. Era lo único que los separaba de la miseria total.
Y allí, en medio de la basura y el desorden, pasaron la noche el maestro y su novato discípulo. Al día siguiente, muy temprano y sin despertar a nadie, los dos viajeros se dispusieron a continuar su camino. Salieron de la morada y antes de emprender la marcha, el anciano maestro le dijo a su discípulo: “Es hora de que aprendas la lección que has venido a aprender”.
Sin que el joven pudiese hacer nada para evitarlo, el anciano sacó una daga que llevaba en su bolsa y degolló la pobre vaca que se encontraba atada a la puerta de la vivienda, ante los incrédulos ojos del joven.
Maestro, dijo el joven: “¿Qué has hecho? ¿Qué lección es ésta, que amerita dejar a esta familia en la ruina total? ¿Cómo has podido matar esta pobre vaca, que representaba lo único que poseía esta familia?”
Haciendo caso omiso a los interrogantes del joven, el anciano se dispuso a continuar la marcha, y maestro y discípulo partieron sin poder saber que suerte correría aquella familia ante la pérdida de su única posesión.
Durante los siguientes días, una y otra vez, el joven era confrontado por la nefasta idea de que, sin la vaca, aquella familia seguramente moriría de hambre.
Un año más tarde, los dos hombres decidieron regresar nuevamente por aquellos senderos a ver que suerte había corrido aquella familia. Buscaron la humilde posada nuevamente, pero en su lugar encontraron una casa grande. Era obvio que la muerte de la vaca había sido un golpe demasiado fuerte para aquella familia, quienes seguramente habían tenido que abandonar aquel lugar y ahora, una nueva familia, con mayores posesiones, se había adueñado de aquel lugar y había construido una mejor vivienda.
¿Adónde habrían ido a parar aquel hombre y sus hijos? ¿Qué habría sucedido con ellos? Todo esto pasaba por la mente del joven discípulo mientras que, vacilante, se debatía entre tocar a la puerta y averiguar por la suerte de los antiguos moradores o continuar el viaje y evitar confirmar sus peores sospechas.
Cual sería su sorpresa cuando del interior de aquella casa salió el hombre que un año atrás le diera morada en su vivienda. ¿Cómo es posible? preguntó el joven. Hace un año en nuestro breve paso por aquí, fuimos testigos de la profunda pobreza en que ustedes se encontraban. ¿Qué ocurrió durante este año para que todo esto cambiara?
Ignorante del hecho de que el discípulo y su maestro habían sido los causantes de la muerte de su vaca, el hombre relató como, coincidencialmente, el mismo día de su partida, algún maleante, envidioso de su vaca, había degollado salvajemente al animal.
El hombre continuó relatándole a los dos viajeros cómo su primera reacción ante la muerte de la vaca había sido de desesperación y angustia. Por mucho tiempo, la vaca había sido su única fuente de sustento. El poseer esta vaca le había ganado el respeto de sus menos afortunados vecinos, quienes envidiaban no contar con tan preciado bien.
Sin embargo, continuó el hombre, poco después de aquel trágico día, decidimos que a menos que hiciéramos algo, muy probablemente, nuestra propia supervivencia estaría en peligro. Así que decidimos limpiar algo del terreno de la parte de atrás de la casucha, conseguimos algunas semillas y decidimos sembrar vegetales y legumbres con los que pudiésemos alimentarnos.
Después de algún tiempo comenzamos a vender algunos de los vegetales que sobraban y con este dinero compramos más semilla y comenzamos a vender nuestros vegetales en el puesto del mercado. Así pudimos tener dinero suficiente para comprar mejores vestimentas y arreglar nuestra casa. De esta manera, poco a poco, este año nos ha traído una vida nueva.
El maestro, quien había permanecido en silencio, prestando atención al fascinante relato del hombre, llamó al joven a un lado y en voz baja le preguntó:
¿Tú crees que si esta familia aún tuviese su vaca, estaría hoy donde ahora se encuentra?
Seguramente no, respondió el joven.
¿Si ves? Su vaca, fuera de ser su única posesión, era también la cadena que los mantenía atados a una vida de mediocridad y miseria.
Al no contar más con la falsa seguridad que les proveía el sentirse poseedores de algo, así no fuese más que una flacuchenta vaca, debieron tomar la decisión de buscar algo más.
En otras palabras, la misma vaca que para sus vecinos era una bendición, les había dado la sensación de poseer algo de valor y no estar en la miseria total, cuando en realidad estaban viviendo en medio de la miseria.
Así es cuando tienes poco. Lo poco que tienes se convierte en un castigo, ya que no te permite buscar más. No eres feliz con ello, pero no eres totalmente miserable. Estás frustrado con la vida que llevas, más no lo suficiente como para querer cambiarla. ¿Ves lo trágico de esta situación?
Cuando tienes un trabajo que odias, que no suple tus necesidades económicas mínimas y no te trae absolutamente ninguna satisfacción, es fácil tomar la decisión de dejarlo y buscar uno mejor. No obstante, cuando tienes un trabajo del cual no gustas, que suple tus necesidades básicas pero no te ofrece la oportunidad de progresar; que te ofrece cierta comodidad pero no la calidad de vida que verdaderamente deseas para ti y tu familia, es fácil conformarte con lo poco que tienes.
Muchos de nosotros también tenemos vacas en nuestra vida. Ideas, excusas y justificaciones que nos mantienen atados a la mediocridad, dándonos un falso sentido de estar bien cuando frente a nosotros se encuentra un mundo de oportunidades por descubrir. Oportunidades que sólo podremos apreciar una vez hayamos matado nuestras vacas.
Fuente: Camilo Cruz (Liderazgo y Mercadeo)
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